Hola soy el lápiz de Marina. No recuerdo dónde nací, mi primer recuerdo es estar en un sitio con muchos y muchos más como yo. Estábamos todos en unas cajas con o sin tapa, en un sitio extraño Un sitio hostil, al que siempre venía alguien nuevo y se llevaba a uno de nosotros. Había muchas leyendas urbanas sobre dónde iban los desaparecidos, a los que, por supuesto nunca volvimos a ver.
Un día vinieron a por mí. Cuando ya por fin pude ver, lo primero que vi fue a Marina. Su padre (El señor que me había raptado) le regañaba por perder a otros como yo. ¿Perder? ¿Qué era lo que iba a hacer esta mujer conmigo? Tenía miedo. Ella me cogió entre sus manazas y me llevó al sitio que seguramente sería mi nueva casa. Pronto empezó a escribir conmigo sus deberes. Bueno, esto no podía ser tan malo ¿no? Soy un lápiz y los lápices estamos para eso, o eso nos enseñan en la escuela de lápices. Nuestra función en la vida es escribir. ¡Vaya mierda! Si yo quería ser astronauta.
Cuando llegó un momento determinado del ejercicio vi a Marina con cara de confusión. Y entonces empezó mi pesadilla. Me cogió, me llevó a su boca y comenzó a morderme. ¡NO! ¿Qué es lo que había hecho? Si yo había escrito lo que me habías dicho. Quise salir corriendo, pero no tengo piernas. Así que así que estamos, con exámenes y ella haciéndome daño sin parar por lo que ella llama estrés. ¿Alguien conoce algún abogado? Estoy harto de que me maltraten, ¡Marina te pienso demandar por daños y prejuicios! ¡vas a pagar todos esos mordiscos golpes, y el olvidarme por el desastre que tienes por mesa! Un día dejaré de escribir tus historias y apuntes, y entonces ¿qué harás eh?
Firmado,
Tu lápiz.
Perfecto también.
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